Chakra es una palabra
proveniente del Sánscrito, que significa rueda y se refiere a los centros
energéticos del cuerpo. Actúan como receptores y transmisores de la energía
universal y funcionan como válvulas reguladoras de este flujo. Su funcionamiento
en el cuerpo es a nivel físico, mental, emocional y espiritual.
Siete son los principales y se encuentran a lo largo
de la columna vertebral, tanto en la parte posterior como en la parte frontal
del cuerpo humano o animal.
Según los acupuntores
chinos tenemos cientos de miles a lo largo de todo el cuerpo, que son
considerados como chakras menores y se correlacionan con los puntos de
acupuntura.
Los charkas interactúan con el cuerpo físico a
través de dos vehículos principales: el sistema endocrino y el sistema
nervioso. Cada uno de los siete chakras está asociado con una de las siete
glándulas endocrinas, así como con un grupo de nervios llamado plexo. Por lo
tanto, cada chakra puede asociarse a determinadas partes del cuerpo, y
determinadas funciones dentro del cuerpo, controladas por ese plexo o glándula
endocrina.
Nuestros sentidos,
nuestras percepciones, nuestros posibles estados de conciencia, todo lo que es
posible experienciar, se puede dividir en siete categorías. Cada categoría puede
asociarse con un chakra en particular. Por lo tanto, los chakras representan no
sólo determinadas partes de nuestro cuerpo físico, sino también partes
específicas de nuestra conciencia.
El funcionamiento de los
chakras refleja las decisiones que tomamos respecto a cómo queremos responder a
las condiciones de nuestra vida. Abrimos y cerramos estas válvulas cuando
decidimos qué pensar y qué sentir, y a través de qué filtro perceptivo (Chakra)
elegimos experimentar el mundo que nos rodea (para más info sobre esto
referirse al libro de Martín Brofman, Todo se puede curar).
Nos comunicamos con todo lo que nos rodea a través
de estos centros. Cuando están abiertos y plenamente operativos, los chakras
nos permiten alcanzar estados superiores de desarrollo interno y de la
conciencia.
También contribuyen a nuestro desarrollo espiritual
y al despertar, ayudándonos a construir un puente entre nuestro yo superior y
“Dios”, la divinidad, el universo, o como prefieras llamarle.
Cuando algo no marcha bien en nuestras vidas, como
por ejemplo en el tema de seguridad económica, hogar, amor, poder, comunicación,
… el chakra asociado a esa parte de nuestra conciencia que experimenta el
estrés se ve afectado y, en consecuencia, las partes del cuerpo físico
asociadas a ese chakra.
La tensión en el chakra es detectado por los nervios
del plexo asociado a ese chakra, y transmitida a las partes del cuerpo
controladas por ese plexo. Cuando la tensión se mantiene durante un período de
tiempo, o con un determinado nivel de intensidad, la persona crea un síntoma en
el nivel físico.
El síntoma sirve para comunicar a la persona a
través de su cuerpo lo que ha estado haciéndose a sí misma en su conciencia.
Cuando la persona cambia algo en su forma de ser, habiendo entendido el mensaje
comunicado por el síntoma, el síntoma ya no tiene razón de ser, y puede ser
liberado.
En lo que respecta a Reiki, la mayoría de los seres
humanos tienen uno, varios o todos los chakras, desequilibrados, mal
funcionando, por exceso o por defecto, o con falta de armonía.
Esto es porque somos seres dinámicos, emocionalmente
"inestables". La naturaleza dinámica de nuestras emociones y pensamientos,
a menudo tienen repercusión directa en nuestra forma de vida, niveles de
energía y en el funcionamiento de nuestros chakras.
Cuando los chakras se encuentran en un estado
disfuncional, congestionados, desequilibrados, estancados, bloqueados o
cerrados, necesitan tratamiento energético para que la armonía se restablezca.
Reiki funciona especialmente bien en el equilibrio y limpieza de los chakras,
despejándolos para que la energía puede fluir de manera natural.
A continuación, algunos ejemplos de los signos y
efectos positivos, como resultado de nuestro proceso de desarrollo a través de
la armonización de los chakras:
- La persona comenzará a dejar de lado la carne y
la ingesta de alimentos pesados.
- Otros apetitos se vuelven más controlados y
equilibrados, por ejemplo: sexo, alcohol, lujuria, etc.
- La persona siente la necesidad de equilibrar el
peso corporal y comer sólo cuando sea estrictamente necesario. Uno
disfrutará mucho más lo que come.
- La persona tiende a dormir menos y se siente
con más energía.
- La persona puede perder interés por las
religiones tradicionales, mientras que sentirá su corazón lleno de amor y
compasión hacia todos los seres humanos, la naturaleza y la existencia.
- Se amplía su visión de la vida.
- Después de desarrollar los chakras superiores,
los inferiores se sigen.
- Clarividencia y clariaudiencia son a menudo
naturales y subproductos de seres más desarrollados o sensitivos. La
persona comienza a desarrollar aún más los sentidos, aprendiendo cómo
discriminar y percibir la vida y la gente mucho mejor, sin caer en
ilusiones, sin precipitarse en juicios o percepciones erróneas de la
realidad.
- La persona percibe fácilmente la diferencia
entre lo verdadero y lo falso
y lo real y lo irreal.
- La persona termina con todas las adicciones
negativas por ejemplo: fumar, alcohol y otras drogas.